Tras un año atípico, los estudiantes de segundo de bachillerato han podido concluir, por fin, su curso académico y realizar las pruebas de evaluación de bachillerato para el acceso a la universidad (EvAU o EBAU).
¿A qué universidad voy a ir? ¿Me quedo en mi casa o estudio en Madrid?
Estas son, probablemente, algunas de las preguntas que, en una situación normal, los futuros universitarios ya tendrían resuelta, pero no, como decíamos en el párrafo anterior, este año no es como los demás; este año todos tenemos miedo, y con razón, ante posibles rebrotes del Coronavirus o COVID19.
Ante esta amenaza: ¿Es más seguro un piso, una residencia universitaria o un colegio mayor?
Obviamente en todas las opciones la responsabilidad individual desempeña un papel trascendental.
Un piso puede ser un lugar seguro si permanentemente se siguen las medidas higiénicas necesarias: desinfección total diaria de mobiliario y ropa, utilización rutinaria de jabón antiséptico, incorporación de la mascarilla como prenda habitual, gel hidroalcohólico…
Además, se debe llevar un control respecto de las personas con las que se mantiene contacto y, por supuesto, evitar cualquier aglomeración de gente.
Una residencia universitaria, en este sentido, es muy parecida a un piso: un lugar donde comer, dormir y estudiar, pero a diferencia del primero, compartimos nuestro día a día con más universitarios y por lo tanto el control y la seguridad son infinitamente más complicados de mantener en su máximo nivel. No obstante lo anterior, si todos los residentes se comportan de forma adecuada y la limpieza de las instalaciones es llevada de forma profesional, podría ser un lugar seguro.
Por último, los colegios mayores de Madrid.
Desde el pasado mes de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, la experiencia vivida en los colegios mayores en Madrid ha servido como entrenamiento intensivo sobre cómo gestionar situaciones de crisis y cómo implementar buenas prácticas en materia de seguridad higiénica.
A diferencia de una residencia universitaria o de un piso de estudiantes, los colegios mayores disponen de más controles y más exhaustivos tanto en limpieza como en las instalaciones, incluyendo, por supuesto, el control de acceso y salida a/de sus instalaciones por parte de los colegiales.
Por ejemplo, en el Colegio Mayor Santillana se han tomado las siguientes medidas:
- Instalación de dispensadores de gel hidroalcohólico por todo el colegio.
- Entrega de mascarilla a quien la necesite o a quien desee acceder al recinto sin llevarla puesta previamente.
- Control de acceso mediante huella dactilar.
- Todas las habitaciones son individuales con aseo propio.
- Establecimiento de horarios y cupo de plazas tanto para las salas de estudio como para las instalaciones deportivas, debiendo reservar plaza previamente.
- Establecimiento de medidas para asegurar la distancia social en espacios comunes (salones, comedor, salón de actos, salas de estar, biblioteca, gimnasio…).
- Fibra óptica para garantizar una conexión de alta velocidad.
- Adaptación de espacios a las necesidades de nuestras actividades culturales y de vida colegial: cine, salas de música, radio, club de lectura/debate, cursos de guitarra, cocina, fotografía…
Además, ante un posible contagio, en Santillana seguimos el protocolo de actuación PAS (Proteger – Avisar – Socorrer ) que, en este contexto significa el aislamiento del presunto infectado, la notificación inmediata a las autoridades sanitarias y la atención y cuidados según sus instrucciones.
Por ello, tanto Madrid, como los colegios mayores, son lugares seguros para vivir siempre y cuando se cuente con la colaboración de todos y el seguimiento correcto de las medidas higiénicas y sanitarias.
Ahora más que nunca, debemos hacer del sentido común el más común de los sentidos.
MADRID FOR SURE.
COLEGIOS MAYORES FOR SURE.
Autor: Salvador Parrilla
Responsable de Comunicación