Luis Asensio
«Frente al peor diagnóstico»
Hace un par de años, cuando estaba a punto de alcanzar la treintena, Luis se sentía inmortal. La vida para él era infinita. Nada le podía parar: su carrera de medicina, la residencia, el Covid… Fue a raíz de contagiarse de este último cuando sintió una leve pérdida de audición, algo imperceptible para los que no «viven» en hospitales operando a pacientes todos los días. Esto hizo que lo comentara con una colega otorrino que le recomendó, por pura precaución y para calmar su preocupación, hacerse una resonancia.
Durante la prueba comenzaron a pasar cosas que no eran normales: caras raras, carreras, llamadas de unos a otros para mirar la pantalla…al final la sordera era causada por un tumor en el tronco del encéfalo.
¿Cómo encaja un médico una noticia así, cuando la está viviendo en directo? A diferencia de cualquier otro paciente, él sabía lo que ocurría en tiempo real y de ahí que la crisis de ansiedad llegara de inmediato. El siguiente gran paso fue la operación para intentar eliminar el tumor y hacer que todo quedara en un mal sueño; una pesadilla de la que despertar, tarde o temprano, y respirar aliviado.
A partir de aquí, lejos de hundirse como nos pasaría al resto de los mortales, Luis afronta la vida de otra manera.
En primer lugar, ya no se siente inmortal, sino que es consciente de la temporalidad de la vida; tanto que siente miedo a morir, un miedo atroz a irse de este mundo.
Por otro lado, su enfermedad ha supuesto un gran fortalecimiento de su fe. Luis ha pasado de ser un católico español nivel medio a ser un hombre con una fuerte espiritualidad que es la que le ha proporcionado el mayor apoyo para afrontar momentos tan duros como los vividos en tiempo pasado y presente, así como los que pueda depararle el futuro.
Luis se ha dado cuenta que la vida no es lo que él creía, no es solo trabajar, estudiar o tener éxito. Ahora le concede importancia a esos otros momentos que antes parecían no valer nada y que ahora lo son todo: un paseo, una mirada, una caricia o una conversación son algunas de las mejores cosas de la vida y que casi nunca solemos disfrutar como merecen.
También ha tomado consciencia del lugar que verdaderamente le corresponde al amor; al amor a su profesión, a sus pacientes, a su familia, y sobre todo… a Laura, su mujer, de la que habla con ojos brillantes e infinita ternura mientras cruzan miradas.
Pero ¿cómo se ha producido este cambio? Vamos a analizar este proceso paso a paso:
Una vez que Luis recibió la noticia de su tumor entró en estado de shock, pero, aún así, sintió la necesidad de acudir a la capilla del hospital, hablar con el padre Manuel y confesarse. Una vez que se liberó y puso todo en manos de Dios, fue el momento de subir a hablar con los psiquiatras e iniciar su tratamiento.
Fueron días horribles en los que por las noches solo podía llorar a causa del miedo y la incertidumbre, pero en esos momentos comenzaron a aparecer personas santas en su vida que lo dejaron todo para atenderle, que no se fueron de vacaciones en verano para operarle y que establecieron su curación como prioridad.
Así, un 29 de julio entró en el quirófano y, tras 9 horas de operación, despertó en la UVI con una imagen en la mano de la Virgen de Medjugorje, de la que es devoto. Tuvo que reaprender a andar y, a pesar de los miedos e incertidumbres, la vida seguía transcurriendo mientras él continuaba acercándose a Dios.
Luis no está curado, tiene un tumor que no le han podido quitar por completo, pero acude regularmente a revisión para tenerlo controlado y que no crezca.
Ha vuelto a trabajar en el hospital y trata a la gente de una manera diferente porque sabe lo que sufren y conoce sus miedos e incertidumbres. Ahora es consciente que puede proporcionar mucha esperanza con un gesto, una palabra o una mirada, incluso un silencio, aportando a los pacientes lo que necesitan en cada momento.
Luis Asensio vino el jueves 10 de noviembre a Santillana a contar, por primera vez, el testimonio vital de su enfermedad y de su vida, de su miedo y su ilusión, de su lucha y su esperanza. Luis nos contó cómo, dentro de un drama (porque esto es realmente un drama y no las cositas que nos pasan en la vida) siempre existe algo favorable.
Por eso sabe que el mayor regalo que tiene es que, a pesar de la enfermedad, ha vuelto a Dios y gracias a eso se da cuenta de lo que realmente importa: la vida, su familia y su mujer, son un auténtico regalo de Dios.
Muchas gracias, Luis, por regalarnos tanto a tantos. No dudes que el jueves nos fuimos todos a la cama de otra manera: en silencio, pensando, reflexionando sobre todo lo escuchado y vivido. Te deseamos que todo te vaya muy bien, que vivas la vida apasionadamente y que cumplas lo que Dios tiene para ti: ese proyecto de familia junto a Laura, tu mujer.
Nosotros, mientras tanto, seguiremos tu consejo y aprovecharemos al máximo lo que el Colegio Mayor Santillana nos regala cada día para llegar a ser el Héroe® de nuestra propia vida.
Héctor Trinidad
Colegio Mayor Santillana
@HectorTrinidadQ
Luis Asensio
«Frente al peor diagnóstico»
Marido, hijo y médico
10 de noviembre de 2022
Sesión a las 21 h
COLEGIO MAYOR SANTILLANA
C/MARBELLA 60, 28034, MADRID
Programa de excelencia personal HÉROE ®