Los Estados Unidos fueron el último país anglosajón en convertir la noche de los muertos en una tradición festiva propia.
Antes de que américa estuviese colonizada, en Asturias se ahuecaban nabos y se rellenaban con carbón para alumbrar la noche de la víspera de todos los santos
En todas las tierras con ancestros célticos se llenaban vasijas con agua y dulces alrededor de las casas para ayudar a las almas a encontrar su descanso y el camino al sol.
Pero no solo en Galicia o Asturias se celebraba entonces la noche de los muertos. La procesión de las ánimas era una tradición muy extendida en Extremadura y Castilla y León en el XIX.
Los faroles de calabaza pueden parecer una original tradición estadounidense pero no es más que una adaptación de viejos hábitos célticos. En Andalucía, sin ir más lejos, existe la costumbre de hacer farolillos con melones huecos la noche de difuntos
Ningún historiador tiene ya dudas sobre el origen celta de la fiesta de Halloween. Hace más de 3000 años. A finales de su octubre, cuando el verano estaba más que rematado, los celtas celebraban el fin de las cosechas.
Con la ocupación romana la fiesta se mantuvo, haciendo suyo las tradiciones e incorporando únicamente a sus dioses.
¿Halloween una tradición americana? Para nada.
Feliz víspera de todos los santos
Fuente:Vozpopuli