«El primer ingrediente para tener éxito es la ilusión
TERTULIA CON FELIPE MORENO
El jueves 19 de enero tuvimos el placer de compartir una agradable tertulia con Felipe Moreno, socio fundador de la consultoría Sotavento sobre “el éxito profesional” en el Colegio Mayor Santillana.
Felipe es director de Sotavento, una empresa de análisis y consultoría financiera fundada por el mismo. Es, podríamos decir, une emprendedor del sector de los negocios y los mercados. Tras 12 años de experiencia en el sector, como contaremos un poco más adelante, decide lanzarse a su propia historia y proyecto personal.
Aunque Felipe entendiese que aun somos jóvenes universitarios con mucha formación por delante cree que es importante que nos anticipemos al tema del éxito profesional, pues es algo que debe ir preparándose.
Al acabar la carrera de empresariales, nos cuenta, nuestro invitado tenía la idea de dedicarse al mundo de las empresas turísticas y de ocio, por ello estudió el master de empresas turísticas. Su idea era fundar una empresa en este sector y dedicarse a la organización de viajes de recreo y actividades de ocio como esquí, viajes, etc. Para ello decidió trabajar durante unos años para ahorrar dinero. Comenzó a hacerlo en empresas de análisis de mercado del sector financiero. Este, nos comentaba Felipe, era un mundo muy frenético, con gran competitividad, con rankings de eficacia, etc.. todo muy americano. En estos años le fue muy bien y acabó en puestos de venta de productos financieros. Cuenta que esta etapa le ayudó a aprender a fijarse objetivos concretos y lanzarse a por ellos. Consiguió tener éxito. En esta época aún no había crisis, y cuando esta llegó lo cambió un poco todo.
Con la llegada de la recesión, Felipe entro a trabajar en empresas de asesoramiento principalmente a bancas privadas, en un ambiente mucho más relajado que sus anteriores trabajos. Sin embargo, al casarse y estabilizarse un poco se da cuenta de que realmente no quiere dedicar toda su vida a ese trabajo profesional, decide probar otros campos. De esta forma entra en distintas empresas, pregunta, conoce gente y al no encontrar nada con lo que se siente realmente y 100% identificado decide lanzarse en un proyecto propio.
Durante este tiempo, al hablar con personas y tener inquietud por el tema, iba formándose una opinión propia sobre el éxito. Como el mismo ha usado, según nos decía, en sus procesos de selección, averiguó que existen unas técnicas, unos patrones que se repiten y que realmente funcionan para tener éxito: de esto quería hablarnos en la tertulia.
El primer “ingrediente” de la receta del éxito para cualquier cosa según Felipe es la ilusión.
Tenemos que tener capacidad de ilusionarnos, es la calve, representa el 90% del éxito. Sin embargo, para el éxito profesional también son imprescindibles otros elementos. La ilusión sigue siendo el primero y Felipe nos insistía mucho en ello: “nada de ir al curro: se va a trabajar” nos decía. Criticaba duramente esas actitudes de ir “al curro, al tajo” como claros síntomas de pesimismo, negatividad y falta de ilusión. Gracias a este primer ingrediente teníamos que tener la capacidad de disfrutar de nuestra actividad profesional, nada de “estar de Lunes, o estar de Viernes”, debíamos podes disfrutar de todos los días de la semana. La ilusión nos ayuda a realmente querer desarrollar una actividad, a pretender ser los mejores. Si realmente no tenemos estas sensaciones en nuestro trabajo o en nuestros estudios mejor sería buscar otros.
Tras el requisito indispensable de la ilusión encontramos otros cuatro elementos clave para el éxito profesional. Felipe nos habla del trabajo, el esfuerzo, la constancia y la dedicación.
El primero de ellos ha de entenderse de una forma plena, como parte de nuestra vida y de nosotros mismos: nuestra actividad profesional somos nosotros mismos, nada de “entrar al curro” (la filosofía que mencionábamos antes). La siguiente píldora es el esfuerzo, es fundamental “volver cansado” del trabajo nos decía Felipe. Hay que esforzarse y mucho. Al elegir el camino de buscar el éxito profesional debemos ser conscientes de que tendremos que esforzarnos, por lo que no tenemos que tener miedo a esta circunstancia, nada de miedo al esfuerzo. La constancia es el siguiente ingrediente del éxito. Una de las claves para conseguir cumplir este requisito es tener ilusión, esa ilusión de la que hablábamos al principio, y tener en mente que a través de la constancia podemos llegar a ser alguien. Debemos tener en cuenta las metas que nos hemos propuesto, también como ayuda a la constancia. Por último entra la dedicación. Esto convive en armonía con el esfuerzo, pues a través del esfuerzo llevado a cabo con gran dedicación conseguiremos eso de lo que también hablábamos antes: ser nuestra profesión, es decir, un ingeniero es ingeniero aunque no esté en horario laboral, o un médico o un policía, esto también nos debe pasar a nosotros para tener éxito en nuestra carrera profesional.
Por todo esto, Felipe nos invitaba a preguntarnos a nosotros mismos cuales son nuestras ilusiones, qué nos mueve, meditarlo. Establecernos unas ilusiones claras, que fueran reales y se pudieran realizar poco a poco. Nuestro invitado consideraba muy importante tener muy claras todas estas ideas pues otra enseñanza que quería compartir con nosotros es que el éxito puede ser alcanzado muy rápidamente en algunas ocasiones, pero si no se tiene una base sólida, unos cimientos profundos, el éxito puede irse tan rápido como llegó.
Al hablar del mundo financiero en el que se mueve, Felipe defiende firmemente la idea de que lo más importante es el servicio al cliente, el propio cliente. Denunciaba que tristemente en ese mundo muchas veces esa regla no se cumplía y en ocasiones el cliente simplemente era una víctima de la que aprovecharse. También argumentaba, frente a las personas que pudieran acusar a este modo de ver el desarrollo profesional como ambicioso, que por supuesto, no había ningún problema en ser ambicioso en estos sentidos, había que exigirse.
«TODOS Estamos pensados para triunfar. Cada uno en lo que hagamos. ¿Por qué no vamos a tener la oportunidad de hacer algo bien, algo que nos ilusione?”
Felipe terminaba diciéndonos que había muchas otras ayudas a la hora de triunfar profesionalmente. La mayoría, nos contaba, son cosas obvias pero que realmente se pasan por alto. Nos hablaba de temas importantes como la oratoria, pararnos por las mañanas frente al espejo y preguntarnos que queríamos de nosotros ese día o motivarnos antes de la jornada laboral (o de estudio), tratando de llegar al trabajo animado y contagiar ese buen espíritu.
En la ronda de preguntas hablamos de varios y muchos temas, entrando y saliendo del mundo financiero y los mercados en los que Felipe trabaja y se mueve. La importancia de tomar riesgos al mismo tiempo que no ser inconsciente, la importancia de la experiencia, la fugacidad de éxitos mal cimentados y la necesidad de defender unas operaciones y una ideología en este sector movida por la honradez y no por intereses puramente egoístas y oportunistas. Felipe terminaba, a raíz de una pregunta, contándonos que una de las cosas más importantes a la hora de enfrentarse a crear un proyecto propio o emprender es la propia actitud de cada uno, si se quiere se puede. La tertulia finalizo prometiendo no volver a la facultad con una actitud “de lunes” y agradeciéndole a Felipe su tiempo y deseándole volver a verle en otra tertulia.