Cómo construir una vida
El pasado jueves 25 tuvimos una nueva sesión del Programa de Excelencia Personal en el Colegio Mayor. En está ocasión nos acompañó Alfonso Aguiló, quien, a pesar de su formación como ingeniero, es especialmente conocido por sus labores en el ámbito educativo: actualmente es presidente de la Asociación Arenales y de la Confederación Española de Centros de Enseñanza. Todos estos años le han proporcionado un profundo conocimiento del desarrollo del ser humano y una gran experiencia, la cual ha venido a compartir con nosotros.
Su charla “Del temperamento al carácter” comenzó diferenciando entre estas dos cosas: el primero no lo elegimos, es algo que nos viene dado genéticamente; el segundo, en cambio, lo forjamos nosotros con nuestras propias decisiones. Pero estas decisiones no las tomamos un par de veces para luego poder desentendernos de ellas, sino que tenemos que tomarlas a diario, y mantenerlas constantemente, convirtiéndolas en hábito, para no acabar en senderos equivocados. Hacer esto -no nos equivoquemos-, no nos garantiza una vida sin dificultades. Ninguna está exenta de ellas.
«No hay nadie que no se haya frustrado en algún momento, ni siquiera las personas más exitosas y talentosas que imaginemos.»
Esto sorprende creerlo, sobre todo si vemos dónde están ahora. Pero lo que les ha conducido al éxito no es la ausencia de vicisitudes, sino su tolerancia a ellas: en lugar de permitir que les hundan y que les dominen, han seguido esforzándose por lograr lo que desean, tomando las riendas de su vida. Aunque, claro está, lo más fácil es adoptar una posición victimista: creer la culpa es de los demás, que si las circunstancias hubiesen sido óptimas -que nunca lo son-, hubiésemos alcanzado nuestras metas.
Esta actitud, sin duda, está inspirada por la pereza. Ésta, en opinión de Alfonso, es una de las mayores torturas que se pueden sufrir, pues todo lo que hagamos nos va a suponer un gran coste y a causar un gran sufrimiento. Pero la pereza, ya lo decía Aristóteles, se cura trabajando, ya que la virtud costará menos cuanto más se practique. Precisamente por eso es tan importante adquirir ciertos hábitos desde que somos jóvenes: para tener una vida virtuosa sin que nos suponga un gran esfuerzo.
Podemos tener muchas habilidades, o una gran inteligencia, pero sin fuerza de voluntad, éstas no valen nada. Por eso, Alfonso le da importancia a la disciplina en las aulas: un niño que cumple órdenes, ya sea de sus profesores o de sus padres, al crecer será capaz de darse órdenes a sí mismo y de cumplirlas. Pero para darnos órdenes, es imprescindible hacer introspección: pararnos y hacer un diagnóstico de lo que no funciona en nuestra vida, de aquello que no nos gusta y quisiéramos cambiar.
Pero, además de la práctica, también es imprescindible la lectura: ya que ésta nos permite desarrollar nuestras propias ideas, y no tener ideas copiadas de otros, pues esto nos impide vivir nuestra propia vida.
También, basándose en Aristóteles, da una gran importancia a la templanza, que es precisamente lo que nos diferencia de los animales, lo que indica que hay algo entre el estímulo y la respuesta, que no nos movemos por simples instintos e impulsos. Nosotros, tenemos libertad: podemos controlar nuestros impulsos, haciendo no lo que nos apetezca sino lo que realmente es bueno para nosotros. Aunque, claro está, esto resulta muy arduo y requiere de un gran sacrificio. Un sacrificio que, sin duda, merece la pena, en tanto que nos permite tomar las riendas de nuestras vidas. Pero la templanza no repercute solo en nuestras vidas, sino también en la de nuestros seres queridos: salir de nuestros impulsos, de nosotros mismos, nos permite darnos a los demás: a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestros compañeros…
Sabido todo esto, conviene replantearse cómo estamos construyendo nuestra vida, y animarnos a realizar mayores sacrificios, porque, sin duda, todo esfuerzo merece la pena.
Autor: Pablo Cortina
Veterano del Colegio Mayor
DEL TEMPERAMENTO AL CARÁCTER
Alfonso Aguiló
Ingeniero de caminos, canales y puertos (1983) y PADE del IESE (2008).
Ha sido once años director del Colegio Tajamar (Madrid)
Actualmente es Presidente de la Red Educativa Arenales, que agrupa 26 centros de enseñanza en España, Portugal, Alemania, Estados Unidos y otros países.
Desde 2015 Presidente Nacional de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), que agrupa a un tercio de la enseñanza privada y concertada del país.
Ha publicado once libros sobre temas de educación y antropología, traducidos a diversos idiomas, así como más de trescientos artículos en diversas revistas y publicaciones.
Asesora a instituciones educativas en más de treinta países de Europa, Asia y América.
📆 26 de septiembre
🕒 Cena: 20:20h Tertulia: 21h
🏡 C/Marbella 60, 28034, Madrid