“De la Universidad a los altares”
D. José Carlos Martín de la hoz
Sacerdote y Doctor en Teología
Vicepostulador de la Causa de Beatificación de Guadalupe Ortíz de Landázuri
Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en Madrid en 1916, estudió Ciencias Químicas y fue una de las cinco mujeres de su promoción.
Conoció a San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, a comienzos de 1944. Un domingo del año 1944 cuando estaba en Misa en la iglesia de la Concepción, en la calle Goya de Madrid, se distrajo y escuchó interiormente la voz de Dios que le decía que aunque tenía novio, para ella le tenía preparada otra cosa. Salió de Misa impactada y supo que esa era la llamada de Dios.
En el tranvía de vuelta a casa, después de la Misa, se encontró con Jesús Hernando de Pablos, un amigo de su familia y le preguntó si conocía algún sacerdote para poder hablar con él. Éste le dio el contacto de San Josemaría con quien empezó a tener dirección espiritual.
San Josemaría Escrivá le enseñó que se puede encontrar a Cristo en el trabajo profesional y la vida ordinaria. “Tuve la sensación clara de que Dios me hablaba a través de aquel sacerdote”, expresó después Guadalupe.
Cuando Guadalupe descubre su vocación, con 23 años, tenía novio, era profesora de química y vivía con su madre. Desde entonces estaba llena de buen humor por la íntima convicción de estar haciendo lo que Dios quiere.
El 19 de marzo de 1944 Guadalupe Ortiz de Landázuri entró en el Opus Dei como numeraria, pero no se fue a vivir a un centro sino que se instaló en un piso con su madre a la que tenía que cuidar por su avanzada edad.
Durante sus primeros años como miembro del Opus Dei, Guadalupe trabajó principalmente en la formación cristiana de los jóvenes en Madrid y Bilbao.
De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei. Quienes la conocieron destacaron que su prioridad era cumplir la voluntad de Dios y ayudar a cada persona.
En 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con San Josemaría en el gobierno del Opus Dei. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y reemprendió la enseñanza y la investigación en ámbito científico. Concluyó su tesis doctoral en Química.
Al mismo tiempo, continuó ocupándose de tareas de formación cristiana en el Opus Dei. En todas sus acciones se refleja su anhelo de amar a Dios con su trabajo, su amistad y una honda alegría que transmitía paz y serenidad.
El P. Martínez de la Hoz asegura que el mensaje de Guadalupe es que “la santidad está en lo ordinario. Se hizo santa dando clase de química, siendo una buena profesora y eso nos dice a los demás que se puede conseguir lo mismo en la vida ordinaria”.
Como consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona (España), con fama de santidad, el día la Virgen del Carmen en 1975. Tenía 59 años.
El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe comenzó el 18 de noviembre de 2001 en la Archidiócesis de Madrid y en el año 2006 pasó a Roma.
14 de febrero
21:30h
C/Marbella 60, 28034, Madrid